Transformar sueños en realidad: la historia de Brenda Altamirano y Óscar Cordero con doTERRA
En diciembre de 2013, nuestras vidas comenzaron a transformarse. Soy Brenda Altamirano, y junto con mi esposo Óscar Cordero, tomamos una decisión que, sin saberlo en ese momento, marcaría un antes y un después en nuestro camino familiar y profesional: unirnos a doTERRA.
Lo que inició como una búsqueda por mejorar nuestra salud a través de los mejores productos naturales , rápidamente se convirtió en una convicción profunda. La eficacia de los aceites esenciales de doTERRA no solo impactó nuestra salud física y emocional, sino que también encendió en nosotros la chispa de una nuevo estilo de vida. Apenas cuatro meses después, decidimos emprender con fuerza en el negocio, guiados por la certeza de que este proyecto tenía el potencial de transformar no solo nuestro bienestar, sino también nuestro futuro financiero.
Los resultados llegaron pronto. Con trabajo constante, compromiso y pasión, comenzamos a consolidar nuestras metas personales, económicas y familiares. Uno de los logros que más nos llena de orgullo ha sido el poder apoyar a nuestros hijos en la realización de su más grande sueño: convertirse en bailarines de ballet profesional. Gracias a la libertad y estabilidad que nos ha brindado doTERRA, ellos pueden estudiar en el extranjero, formarse con los mejores en los mejores lugares y vivir sus propios sueños con alas propias.
Pero quizás uno de los mayores regalos de este camino ha sido el crecimiento personal. doTERRA nos ha enseñado a confiar más en nosotros mismos, a desarrollar nuestras habilidades de liderazgo, a comunicarnos con empatía y a trabajar con personas desde el amor, la alegría y el propósito. Hoy entendemos que liderar es inspirar y acompañar.
doTERRA no solo nos ha abierto puertas económicas, sino que nos ha regalado experiencias inolvidables: hemos tenido la oportunidad de viajar, conocer otros países, culturas y personas maravillosas que nos han inspirado y a quienes también hemos podido inspirar. Cada historia compartida, cada testimonio escuchado y cada mirada de esperanza renovada nos ha recordado que este camino es mucho más que un negocio: es una misión de vida.
Hoy, seguimos creciendo juntos, como pareja y como equipo. Nos mueve el deseo de empoderar a más personas, de sembrar conciencia sobre la salud natural y de demostrar que sí es posible construir una vida plena, libre y con propósito. doTERRA fue el vehículo… nosotros tomamos el volante.
Y tú, ¿ya decidiste hacia dónde quieres ir?