Compartiendo Amor

Silvina Monge y Rodrigo Assael


Su primer acercamiento con doTERRA se dio en un momento complicado de sus vidas. Como a casi todos nosotros, a Silvina y Rodrigo los aceites esenciales llegaron en el instante en que más necesitaban transformar sus vidas y llenarlas de bienestar. 

Comienza una historia de éxito 

Vivían en Madrid, España, con sus dos hijos, pero una oportunidad de emprendimiento los trajo de regreso a México con el dinero justo para vivir 17 meses; sin embargo, al inicio las cosas no fueron como esperaban; eso y el cambio radical que significaba para ellos dejar atrás toda su vida, ésto generó en Silvina algunos problemas de salud relacionados con el intenso momento emocional que estaba viviendo. 

Hoy, a tres años de distancia, lo comentan entre risas y nostalgia, pero gracias a su pasión, esfuerzo y amor por su familia, por fin están cosechando todo lo bueno que, sin duda alguna, merecen. 

Conocieron doTERRA gracias a la amistad que comparten de toda la vida con los Líderes Diamante Paola Ortega y Silvano Espíndola, quienes compartieron con ellos los beneficios de los aceites esenciales. 

Comenzaron a vivir los aceites esenciales como un apoyo al bienestar de la familia. Comprobaron el poder que tienen en diversas experiencias, pero la más impactante para Rodrigo fue durante unas vacaciones familiares. “Llevábamos poco en México y teníamos algunos problemas porque el negocio no estaba ni remotamente estable, entonces extrañamente no dormía, nada. Fuimos de vacaciones a Cocoyoc, pero yo seguía trabajando y tenía muy mal humor, que es lógico porque llevaba días sin dormir más de dos horas. Entonces en un arranque de estrés Silvina me puso un aceite en los pies, en el difusor y me pidió que me acostara unos minutos. Eran las 11 de la mañana y desperté a las 7 de la noche, comí algo, me volví a acostar y desperté hasta la mañana siguiente. Fue el primer gran wow para mí”. Comenta Rodrigo. 

Pasión por la vida 

La pasión de Silvina combinada con la experiencia de Rodrigo con los aceites, fueron el detonante de este maravilloso camino para ellos, ya que aunque aún no terminaban de resolver los problemas económicos, él la impulsó para continuar y con el apoyo de Paola, asistió a la Convención Global en Utah, que fue un parte aguas para ella: “Un septiembre estaba tomando una llamada y en ella alguien comentó que había escuchado a Daniela Romay decir que si quería que le fuera bien en doTERRA, tenía que ir a las convenciones. La gran mayoría del grupo iba a asistir. Cuando Rodrigo escuchó me dijo `tienes que ir´. No teníamos ni un peso, llamé a Paola, le conté y ella me dijo `te consigo un boleto para la Convención y te quedas conmigo.´ Conseguí el dinero y fui. Para mí eso fue el antes y el después, regresé y al final de mes ya era Premier.” 

Para diciembre de ese año ya era Plata, pero según nos comenta Silvina, hasta ese momento su forma de hacer doTERRA no era la que ella quería, ya que sentía que existía un conflicto interior por hacer negocio con algo que compartía con todo el amor y con el único objetivo de ayudar a los demás, sin embargo, tras conocer a una persona que ahora es una de sus mejores Líderes, se dio cuenta que no había nada de malo entre compartir y empoderarse, y que era posible cumplir su sueño sin traicionar su convicción de servicio. 

A partir de ese momento comenzó un crecimiento más sólido y lleno de gozo. Hizo Club Diamante cuatro veces y gracias a esa experiencia comprendió que si a ella le iba bien podía ayudar a muchas personas más, no sólo al compartir los aceites, sino a empoderarse y cambiar sus circunstancias de vida. 

“Actualmente estoy dedicándome mucho a mi equipo, mi foco está en empoderarlas y recodarles de lo que son capaces. Ahora las apoyo para sean ellas las que den las charlas y le den seguimiento a sus inscritas, eso es básico, la gente confía naturalmente en la persona que le comparte los aceites y da las clases, entonces para mí es importante que sean ellas las protagonistas y yo mientras, acompañarlas y apoyarlas en todo lo que necesiten”, comenta Silvina. 

A tres años de estar en doTERRA, Silvina y Rodrigo están pasando por un gran momento. Tienen una hermosa familia, sus condiciones han cambiado y aunque él mantiene otras ocupaciones profesionales también relacionadas con ayudar a los demás, es un gran apoyo y participante de las reuniones en donde ofrece asesorías y chalas que ayudan al equipo a organizarse mejor.

 

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