Un salto de Fe

Lourdes es una mujer de negocios; fuerte, jovial y segura de sí. Se le nota en la manera de hablar y gesticular, siempre sonriendo, mientras nos cuenta cómo era su vida antes de venir a doTERRA. Esta fuerte mujer solía trabajar en el mundo corporativo para distintas empresas como Danone y Nestlé, y fue hasta el 2009 que decidió dejar de hacer girar el mundo para otros e iniciar otro tipo de vida, con otro tipo de proyectos más cercanos a ella. Sin saber de cierto a qué quería dedicarse, Lourdes abrió un negocio propio de viajes y estudió una terapia alternativa, Resonance Repatterning, que se centra en cambiar cómo vemos las cosas o abordamos las situaciones. “Una cosa fue llevando a la otra. Me metí mucho a estudiar, por ejemplo, hice una especialidad en Desarrollo Humano y Psicoterapia y encontré un método para dar a luz, por una amiga mía que estaba embarazada, que se llama Hipnoparto, que es un método de preparación con el que justamente cambias toda la visión del parto. Por ejemplo, si tú estás esperando dolor, eso es lo que obtienes. Entonces, justo por este camino decidí hacer un entrenamiento para poder acompañar los partos y así, gracias a dos amigas, encontré los aceites esenciales, más específicamente, los de doTERRA”. Lo primero que le impresionó de los aceites de doTERRA fue su alto grado de pureza.

Dos años y medio después, tiene una organización de dos mil personas, aunque no todos comparten, dice. “La mayoría los compran para su uso personal; pero sí hay personas clave. Y todas ellas crean una fuerte energía que se mueve hacia adelante, hay un gran apoyo; doTERRA es importante en cuestión de números, sí, pero yo creo que va mucho más allá de los números. Es crear una comunidad, esta sociedad, esta complicidad, esta posibilidad de conocer a las personas en un nivel más íntimo. Nunca me había pasado tener la sensación de que cuando algo iba mal en mis otros trabajos, era porque algo no estaba funcionando en mi vida. En cambio, esta organización en doTERRA me refleja. Y estoy muy consciente de esto. Así, cuando algo va mal, lo primero que hago con mi equipo no es echarnos porras, sino hacer un alto en el camino, detenernos y averiguar qué está pasando.”

“Hacer doTERRA es algo que me apasiona, me enciende, me hace levantarme de la cama todos los días, me motiva, me mueve” comenta Lourdes.