El sentido del olfato y los aceites esenciales


El Sentido del Olfato

El bulbo olfatorio es una de las estructuras del sistema límbico y es una parte muy antigua del cerebro, y la información capturada por el sentido del olfato pasa del bulbo olfatorio a otras estructuras del sistema límbico. El proceso del olfato sigue estos pasos: 

1. Las moléculas del olor en forma de vapor (compuestos químicos) que están flotando en el aire llegan a las fosas nasales y se disuelven en las mucosidades que se ubican en la parte superior de cada una de ellas. 

2. Debajo de las mucosidades se encuentran las células receptoras especializadas, también llamadas neuronas receptoras del olfato, las cuales detectan los olores. 


3. Las neuronas receptoras del olfato transmiten la información a los bulbos olfatorios que se encuentran en la parte de atrás de la nariz. 

4. Los bulbos olfatorios tienen receptores sensoriales que en realidad son parte del cerebro y que envían mensajes directamente a los centros más primitivos del cerebro, donde se estimulan las emociones y memorias (estructuras del sistema límbico), así como a los centros “avanzados”, donde se modifican los pensamientos conscientes (neo-corteza). 

5. Estos centros cerebrales perciben los olores y tienen acceso a recuerdos que nos traen a la memoria personas, lugares o situaciones relacionadas con esas sensaciones olfativas. 

6. Finalmente, el epitelio olfativo tiene unas glándulas encargadas de segregar una solución enzimática cuya misión es eliminar las moléculas olorosas que han excitado las neuronas correspondientes, limpiando en cierto modo la mucosa olfativa de las sustancias presentes en ella ya detectadas.

El sistema límbico es una red de estructuras conectadas entre sí que se encuentra cerca de la parte media del cerebro y está conectada con el sistema nervioso central. Estas estructuras “trabajan en conjunto para tener efecto en un amplio rango de comportamientos que incluyen las emociones, la motivación y la memoria.” (Athabasca University, Tutoriales Avanzados de Psicología y Biología). Este sistema maneja las respuestas instintivas o automáticas y tiene muy poco, o posiblemente nada, que ver con los pensamientos conscientes o la voluntad.

También está relacionado con la interpretación de los datos sensoriales obtenidos de la neocorteza (la parte del cerebro donde se elabora el pensamiento) para convertirla en las motivaciones del comportamiento. Este sistema tiene una función central que es la mediación entre el reconocimiento de un evento por una persona, su percepción como una situación que provoca, como un ejemplo, la ansiedad y la reacción fisiológica que resulta de la misma; todo mediado a través del sistema endocrino. Lo que en otras palabras se interpreta a que los estímulos, en este caso, los estimulos olfativos, son procesados conceptualmente en la neocorteza, y pasan al sistema límbico donde son evaluados y se elabora una respuesta motivada. 


¿Qué papel juega el sentido del olfato en relación con los estados de ánimo?


¿Qué papel juega el sentido del olfato en relación con los estados de ánimo, niveles de excitación, emociones, memorias y reacciones físicas? Debemos de saber que todo esto está relacionado.

Muchas veces estamos con un niño y no podemos entender que está pasando con él. Él no nos puede decir en una forma concreta lo que le pasa. Posiblemente está fastidiado, llora o sonríe y no sabemos por qué lo hace. ¿Por qué tiene estos comportamientos? ¿Podría estar relacionado con algo que está oliendo? 

Las asociaciones emocionales y los recuerdos relacionados con los olores parecen ser muy personales; parecen estar ligados intrínsecamente con la experiencia individual. Si otra persona hubiera estado percibiendo olores similares a nosotros, esa persona no hubiera notado el olor que nosotros, personalmente, percibíamos; y, de ser el caso, hubiera percibido el mismo olor, no habría pensado y recordado las cosas que a nosotros nos venían a la mente. Mucho menos hubiera tenido las mismas emociones que nosotros, con esta experiencia olfativa. 

Los recuerdos importantes pueden ser codificados y tener acceso a ellos a través de la función natural del sentido del olfato.

Posiblemente se puedan crear estos enlaces para ayudar a abrir otra forma de comunicación con las personas en general. Entonces: ¿Tiene el sentido del olfato más impacto emocional que una visión y/o audición normal? ¿Tiene el sentido del olfato un impacto mayor en aquello que depende más de la información procesada por el sistema límbico? ¿Podemos ayudar a que la gente esté más alerta o menos agitados usando un aceite en particular? ¿Podemos calmar a un niño, o persona de la tercera edad, usando aceites esenciales que tengan un olor calmante o tranquilizante?

Los aceites esenciales y su relación con el olfato

Existen mecanismos fisiológicos que pueden explicar su influencia en los seres humanos. 

Debe tenerse en cuenta que en el mundo de hoy, en diferentes latitudes, se estudia y se aplica cada vez más el bienestar natural y/o alternativo, basándose en el saber milenario de varias culturas. Ese conocimiento acumulado a través de generaciones no se debe descartar sin más. La aromaterapia ha cobrado auge en nuestros días. Si estudiamos la relación entre los olores, el olfato y determinadas zonas cerebrales podemos encontrar explicación sobre cómo pueden influir determinadas sustancias aromáticas, en este caso los aceites esenciales de las plantas, en nuestro organismo.

Algunos aceites esenciales pueden ser ingeridos, y la gran mayoría se inhalan o aplican en la piel. Cuando se inhalan se pone en función el sentido del olfato, comenzando este proceso fisiológico en nuestras fosas nasales. La psicología ha estudiado los olores como estímulos y sus efectos en la mente de los seres humanos. Por ejemplo se ha comprobado la relajación que producen algunas fragancias como la rosa o la manzanilla. También se ha puesto en evidencia la asociación de los olores con determinados estados de ánimo, como sucede con los colores, ya que ambos, olores y colores, llegan al sistema límbico y al hipotálamo. La mayoría de las veces asociamos los olores con personas, lugares y situaciones. Por esta razón podemos recordarnos de alguien al percibir cierta fragancia o perfume que esté en el ambiente, creo que esa es una experiencia bastante común que cualquiera puede haber tenido. 

Como ya hemos comentado, los aceites esenciales son utilizados como un método holístico que puede actuar sobre procesos físicos, mentales y emocionales con efectos armonizantes. Los aceites esenciales son mezclas de varias sustancias químicas biosintetizadas por las plantas, que dan el aroma característico a algunas flores, árboles, frutos, hierbas, especias y semillas. Se trata de productos químicos naturales intensamente aromáticos, volátiles por naturaleza y livianos. Son insolubles en agua, levemente solubles en vinagre, y solubles en alcohol, grasas, ceras y aceites vegetales.

Estos compuestos son pequeñas moléculas orgánicas que se denominan volátiles porque cambian de estado rápidamente pasando del estado sólido o líquido al estado gaseoso al estar a temperatura ambiente. Los aceites esenciales pueden usarse en una amplia variedad de aplicaciones para el bienestar emocional y físico. Pueden usarse individualmente o en complejas mezclas, esto dependerá de la experiencia de cada usuario. 

Tú también puedes descubrir y aprender nuevas formas de usar los aceites esenciales dōTERRA®. Consulta los usos de los aceites esenciales y la información de cada uno en sus Fichas Técnicas (PIP).

 

 


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