La historia del ser humano es incomprensible sin pensar en las plantas que lo han acompañado durante su camino. Aunque todas las pantas son importantes para la Vida, hay algunas que han llegado a ser señaladas como “sagradas”, ya sea por la exuberancia de su color, su olor, por sus propiedades incomparables, o por su profunda relación con toda una cultura. Todas estas son el caso de Tulsi (albahaca sagrada), o conocida científicamente Ocimum sanctum.
Para los creyentes de Vishnu, uno de los tres dioses principales de la mitología hindú, la planta Tulsi (también conocida como “albahaca sagrada”) es una planta divina. En el texto conocido como ‘Bhagavata-purana’ se afirma que, sobre todas las plantas florales, «Tulsi tiene preferencia especial por parte del Señor Vishnu, quien lleva guirnaldas hechas con hojas de esta planta». La historia cuenta que en la planta se encuentra la manifestación en la Tierra de la consorte eterna del dios Vishnu: Lakshmi, diosa de la belleza y de la buna suerte.
Se cree que el Tulsi es la reina de las yerbas, y no encontrarás una casa de devotos en la India que no tenga un santuario de Tulsi afuera de cada casa, para protegerla y celebrar la gloria de la creación.
Los compuestos fitoquímicos del tulsi son el eugenol, derivado fenólico conocido comúnmente como esencia de clavo, el ácido urosólico, el carvacrol, linalool, cariofileno y metil carvicol. Esto da como resultado una flor cuyo aceite esencial es de un olor exuberante y sofisticado, que podríamos describir como un cruce entre el aceite de albahaca tradicional y el aceite de clavo.
No te prives del placer y la belleza única que el aceite de Tulsi puede traer a tus días. Una esencia que te recordara lo sagrado de la existencia.